Numerosas investigaciones realizadas en todo el mundo demuestran hoy que el teatro como herramienta didáctica, constituye un aliado poderosísimo para el docente.
El teatro, como recurso educativo, favorece la comunicación ya que predispone al diálogo, fomenta la empatía porque facilita la posibilidad de ponerse en el lugar del otro, desarrolla la creatividad porque estimula la imaginación, desarrolla también competencias lingüísticas porque ayuda a enriquecer dicho código, permite explorar otros recursos expresivos a través del uso del código gestual, de la voz y de la incorporación de otras manifestaciones artísticas como la danza, la música, las expresiones plásticas. Además se desarrolla en un ámbito grupal, en donde se estimula la posibilidad de compartir, de debatir, de intercambiar opiniones, aunando intereses, buscando el acuerdo y enfrentando el desacuerdo, en beneficio del objetivo grupal.
De todo esto, no tenemos dudas… lo hemos leído en investigaciones y prestigiosos pedagogos teatrales, como el maestro Roberto Vega, lo avalan con su experiencia y trayectoria.
La pregunta radica en cómo aplicar el teatro en educación…
El docente que no ha tenido experiencias en el ámbito teatral se enfrenta con resistencias lógicas frente al desconocimiento de las técnicas teatrales. Creo que es importante formar a los docentes para que puedan abordar esta riqueza maravillosa que nos regala el teatro como recurso didáctico en el aula.
En este sentido, el juego para actuar “Kabuki”, resulta un aporte muy interesante para el maestro. Le permite aproximarse al lenguaje teatral, con reglas claras, sencillas y fáciles de aplicar. “Kabuki” aporta los elementos teatrales que combinados con los recurso pedagógicos que el docente posee por su formación, hacen de este juego una herramienta muy valiosa para el aula.
El docente podrá comenzar a introducir en sus clases el teatro de manera divertida, creativa y con aportes propios haciendo anclaje en los contenidos curriculares o aptitudinales, que desee trabajar con su grupo, acordes a la edad, características, intereses y cultura particular.
“Kabuki” facilita la realización de una dinámica sencilla, pero sumamente constructiva. El docente podrá adquirir confianza en la utilización de los recursos teatrales, comprobando en sus propias clases los logros que pueden alcanzar sus alumnos con el recurso del teatro como herramienta didáctica.
A mi entender, “Kabuki” constituye un aporte sumamente interesante en este camino de democratizar el teatro a fin de que el arte inunde la vida escolar.
Lic. María Eugenia Asnicar
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