Investigaciones sobre la utilización de técnicas teatrales en la educación - Lic. María Eugenia Asnicar

ALGUNAS INVESTIGACIONES QUE DAN CUENTA DE LOS EFECTOS POSITIVOS DE LA UTILIZACIÓN DE LAS TÉCNICAS TEATRALES EN EDUCACIÓN

En los dos estudios de Chandler sobre teatro y conducta social (Chandler, 1973; Chandler, Greenspan y Barenboim, 1974) se mostró que la interpretación de personajes no solo mejora los problemas de conducta, sino también la capacidad de asumir la perspectiva de los otros.

En un artículo sobre Teatro y deficiencia mental, Ángel Martinez León y Angela Romero Calavia, analizan y examinan algunas experiencias del uso del teatro y la dramatización con niños con retrasos cognitivos, justificando el uso de estas actividades y el beneficio que aportan a las personas con necesidades educativas especiales.

En un estudio experimental Warger y Kleman (1986) examinaron los efectos del teatro en los puntajes de creatividad de cuatro tipos de niños de seis a 10 años de edad. Estos niños fueron clasificados como: recluidos, con problemas de comportamiento; no recluidos y sin problemas de comportamiento; recluidos sin discapacidad; no recluidos sin discapacidad. En cada uno de los grupos los alumnos fueron asignados aleatoriamente a tomar 30-45 minutos diarios de arte dramático creativo durante dos semanas, o bien a un grupo recibió ningún tipo de capacitación teatral creativa. De los cuatro subgrupos, el de teatro superó al de control en las pruebas de Torrance de fluidez, originalidad e imaginación.

Kardash y Wright (1986) meta-analizaron 16 estudios sobre teatro en el aula y encontraron una relación positiva entre el teatro y la lectura, el desarrollo del lenguaje oral, la autoestima, el razonamiento moral y varias habilidades teatrales

En un segundo estudio experimental Hui (2006) señaló que las clases de teatro mejoraban la creatividad, la comunicación expresiva y el dibujo creativo. El autor seleccionó aleatoriamente a 126 niños de 1er.° y 4to.° grados para que recibieran dichas clases. El grupo de control consistió en 69 niños seleccionados al azar para otro tipo de tratamiento, como clases de deportes. Todos los participantes completaron las pruebas de creatividad de Wallach-Kogan, pruebas de pensamiento creativo/producción de dibujos y un test de narración de cuentos creado y evaluado por los investigadores. Los niños en el proyecto de teatro generaron más respuestas creativas, tendieron a hacer dibujos más creativos, fueron más expresivos y contaron historias más interesantes que los que no habían participado en el proyecto.

El proyecto DICE, derivado de Drama Improves Lisbon Key Competences in Education (El teatro mejora las competencias clave de Lisboa para la educación) examinó si la educación teatral (y el arte dramático) ejerce un efecto positivo en cinco de las ocho competencias clave definidas en la Recomendación de 2006 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente (18 de diciembre de 2006). Las cinco competencias son: comunicación en la lengua materna; aprender a aprender; competencias interpersonales, interculturales y sociales, y competencia cívica; la iniciativa empresarial; la expresión cultural.

El avance de los resultados del proyecto se resume en dos informes (Consorcio DICE, 2010). El equipo de investigación ha dado seguimiento a unos 5000 alumnos de 13 a 16 años de edad, provenientes de 12 países (Eslovenia, Hungría, Noruega, Países Bajos, Palestina, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía , Palestina, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rumanía, Serbia y Suecia) que han participado en un total en 111 tipos de programas diferentes de educación teatral y arte dramático. El proyecto adoptó un diseño cuasi experimental con dos grupos de tratamiento (programas de teatro/arte dramático, cortos o largos), un grupo de control, y una evaluación previa y posterior de estas competencias o habilidades.

Los alumnos que participaron en los programas de teatro y arte dramático mejoraron más en las habilidades verbales que los que no participaron en este tipo de programas (lo cual se midió con un autoinforme) y también en la comunicación (expresar puntos de vista propios), el humor, la creatividad, el disfrute de la escuela, asumir la perspectiva de los otros, la resolución de problemas, el control del estrés, la tolerancia hacia las minorías y extranjeros, el interés por la participación ciudadana y las competencias empresariales


Lic. María Eugenia Asnicar

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